Los probióticos son organismos vivos saludables que nutren nuestra flora intestinal y microbiota. La microbiota intestinal es la comunidad de microorganismos vivos residentes en el tubo digestivo. Nuestra alimentación y estilo de vida son fundamentales para una buena salud digestiva. Una dieta variada, rica en fibra y con presencia de probióticos, y la ausencia de hábitos tóxicos, aseguran que gocemos de un microbiota intestinal sana, que abunde en determinados microorganismos que son capaces de producir algunos NUTRIENTES (como las vitaminas del grupo B y del grupo K) que contribuyen al buen funcionamiento de nuestros sistemas. Debido a que nuestro “cerebro intestinal” influye tanto en la salud digestiva como inmunitaria, ciertas cepas probióticas tienen un efecto positivo en esta funcionalidad. A medida que aumenta el conocimiento científico del microbioma, también aumentan las herramientas naturales para abordar de manera saludable y efectiva este desorden orgánico. Las bacterias intestinales intervienen en el desarrollo del cerebro y condicionan la personalidad y el estado de ánimo. El eje intestino-cerebro funciona como un sistema de comunicación bidireccional y se está postulando como una posible explicación a trastornos neurológicos como la enfermedad de Alzheimer, Parkinson, depresión, ansiedad, el autismo o la esclerosis múltiple. Nuestra cepa digestiva, Saccharomyces Cervisae CNCM I-3856, esta especialmente indicada para regular y tratar los trastornos del sistema digestivo general. 100% de Origen francés siendo Natier único representante de este tipo de desarrollos en Argentina.
El aporte de este tipo de organismos vivos saludables:
- Evita trastornos intestinales como estreñimiento, diarrea, gases o mala digestión
- Ayuda en casos de hinchazón abdominal
- Mejora la metabolización de nutrientes como glúcidos, lípidos y Proteínas
- Ayuda a eliminar elementos tóxicos ingeridos con la alimentación.
- Actúa como una barrera protectora frente a la implantación y proliferación de gérmenes patógenos
- Mejora la función inmunitaria intestinal